La necesidad intrínseca e inherente que tiene el ser humano de expresar un mensaje en otro idioma se remonta al primer momento en el que se habló del desarrollo de las civilizaciones. Es allí donde empieza a florecer lo que actualmente se conoce como traducción;el momento en que las personas empezaron a recurrir a personas especializadas para que las ayudaran a transmitir sus descubrimientos, ideas y opiniones en otro idioma.
Esta labor se ha vuelto indispensable a tal punto que la industria ha visto crecimientos de hasta 6.62% en los últimos años, según un reporte de CSA Research del 2019.
No obstante, el mundo avanza a pasos agigantados promoviendo cambios constantes en todos los ámbitos, incluso en la industria lingüística. En consecuencia, la traducción dejó de ser la única herramienta que permite transmitir un mensaje a otro idioma, ya que las necesidades comunicativas han cambiado y los propósitos van más allá de informar.
Es por ese motivo que debería conocer las características de cada uno de los procesos lingüísticos que ofrece la industria, a fin de identificar el que mejor se adapte a sus necesidades y le permita lograr los objetivos que usted espera. A continuación, encontrará cuatro particularidades de la traducción, entre ellas, los tipos de documentos que se suelen trabajar con este método; así como sus exigencias o requisitos.
De acuerdo con CommLab India, la traducción tiene las siguientes características:
- Objetivo: expresar el contenido de un mensaje en un idioma diferente, de modo tal que el lector pueda entender la idea inicial del autor.
- Enfoque: para cumplir con el objetivo descrito anteriormente, el traductor se centra en respetar la idea original, siguiendo las normas gramaticales y sintácticas del otro idioma.
- Neutralidad: se evita el uso de expresiones, modismos o referencias propias de un país o una cultura, de modo que la traducción sea entendible para todos.
- Tipos de documentos: este método suele coincidir con la finalidad y las características de documentos técnicos, entre ellos:
- Legales (contratos, actas, resoluciones, políticas, decretos, etc.)
- Médicos (historias clínicas, resultados de laboratorios, prescripciones médicas, etc.)
- Científicos (ensayos científicos, estudios de casos, artículos de revisión, etc.)
- Financieros (estados financieros, órdenes de compra, informes de rendición de cuentas, etc.)
- Otros cuya intención sea meramente informativa (comunicados, correos electrónicos, etc.)
Requisitos de una traducción
Teniendo en cuenta las características que se mencionaron anteriormente y la forma en la que Jaume TUR describe al traductor en su artículo Sobre la teoría de la traducción: “el traductor es el eslabón central de una cadena que empieza con el autor y termina en el lector de la obra traducida” (1974), se pueden establecer ciertos requisitos para que el resultado sea traducción de calidad, entre ellos:
- Dominio de los idiomas y del vocabulario. El traductor no solo debe dominar los idiomas requeridos en la solicitud (por ejemplo, inglés-español, francés-español, alemán-español, etc.), sino que debe tener conocimientos del vocabulario técnico que se maneje en el documento original, así como los términos equivalentes en el otro idioma.
- Capacidad de interpretación del texto y comprensión de lectura. El traductor debe entender claramente la idea que expone el autor, con el fin de transmitir de la forma más fidedigna posible el mensaje original.
Sin embargo, esto no quiere decir que se recurra a la traducción literal (palabra por palabra) ni que se copie al pie de la letra la estructura del mensaje original, ya que pueden existir divergencias entre un idioma y otro en lo que respecta al orden de las palabras dentro de una oración.
Por consiguiente, el traductor debe conocer y dominar tanto las reglas gramaticales como las características sintácticas del idioma al que se va a traducir, a fin de que la redacción del mensaje sea estructurada, coherente y clara para el lector.
Además, debido a que suelen ser documentos con un nivel elevado de precisión terminológica, no hay lugar para la interpretación literal de los términos o las expresiones, puesto que la naturalidad y la comprensión del documento se podrían ver afectadas.
Asimismo, los documentos que se trabajan con este método tampoco permiten la adaptación del mensaje, ya que un error de interpretación puede provocar que el lector no entienda el mensaje original del autor y, por ende, se afecte la intención principal del texto que es informar o presentar datos relacionados con un tema particular.
En resumen…
Antes de solicitar una traducción, recuerde que esta se enfoca en transmitir un mensaje en otro idioma sin sacrificar la idea original. Este método es el que más ha predominado a lo largo de la historia y el más conocido hasta el momento. Sin embargo, los constantes cambios a nivel global han hecho que las necesidades comunicativas ya no se centren solo en informar.
Actualmente, el público y las industrias exigen la personalización del contenido, de modo que se tiene que adaptar a ciertos aspectos, especialmente características culturales, para llegar a un nicho específico.
Ahora que conoce un poco más de la traducción y lo que tiene para ofrecerle, ¿considera que es el método lingüístico que mejor se ajusta a sus objetivos comunicativos? De no ser así, tenga en cuenta que existen otras opciones, por ejemplo, la localización y la transcreación.
Si quiere obtener más información sobre otros servicios lingüísticos, como la transcreación, consulte este artículo o contáctese con nosotros y un experto le ayudará a encontrar la solución adecuada.
Autor: Carolina Beltrán